Columna de Opinión - Por: Miguel Ángel Baquero V.
Para esta semana, el gobierno de la alcaldesa Claudia López, tiene previsto abrir la licitación para la construcción del Corredor Verde de la Carrera Séptima. Este es un proyecto de movilidad que le costará a los bogotanos cerca de 2,7 billones de pesos.
El Corredor Verde
ha sido una ilusión de la mandataria bogotana, que se ha abierto espacio a
empujones, en medio de tanto malqueriente que ha procurado que esta iniciativa
no vea la luz del día.
La alcaldesa Claudia López, al igual que José Arcadio Buendía en cien años de soledad, se echaron al hombro el proyecto y no renunciaron a ver convertido el lugar en un espacio sostenible como lo demandan las nuevas ciudades verdes del mundo.
Para muchos
dirigentes políticos y ciudadanos, esta puede ser una locura inconmensurable de
la mandataria, pero lo cierto es, que no hay vuelta atrás y en la retina de los
bogotanos quedarán las refriegas, las manifestaciones malsanas de quienes
intentaron que no se consumara la idea.
Ni los ex alcaldes,
Enrique Peñalosa, Gustavo Petro, Samuel Moreno y Lucho Garzón, pudieron abrir
trochas nuevas para cambiarle el rostro envejecido a una vía, que ya mostraba
deterioro por cuenta del paso de los años. Cada uno de ellos intentó
transformar este corredor; pero no lograron persuadir a la dirigencia política,
ni a la banca de la importancia del proyecto; todos murieron en el
intento.
Esta semana por
fin, la Carrera Séptima de Bogotá adquirirá una nueva identidad, con un enfoque
hacia el futuro.
Así las cosas, nos
tendremos que ir haciendo una nueva imagen de lo que será este nuevo proyecto
urbanístico. Por ejemplo: El ciento por ciento del transporte público, será
eléctrico, 87 % de los viajes serán cero emisiones, se prevé que hasta en un 50
por ciento se reducirá el tiempo de los viajes y facilitará la movilidad a unos
12 mil pasajeros por hora, entre el centro de la ciudad y la localidad de
Usaquén, los vehículos particulares ya no podrán compartir carril con los buses
de servicio público.
Además, tendrá 16 nuevas plazoletas,
24 kilómetros de ciclorruta, 8 mil nuevos árboles y muchas, muchas zonas
verdes, para el disfrute de los ciudadanos. La idea principal es que el
corredor verde se convierta en una alternativa de transporte sostenible para
los habitantes de la ciudad, reduciendo el uso del automóvil particular y
fomentando el uso del transporte público y de la bicicleta.
Fue un número
significativo de bogotanos que le apostaron a esta nueva idea, es así como el diseño
fue el resultado de co-creación con la ciudadana.
Hoy, en las
localidades de Usaquén, Chapinero y Santa Fe, se habla del nuevo corredor vial
y esperan con ilusión que este nuevo proyecto integral, traiga soluciones en
gran parte a la movilidad, reduzca la congestión vehicular, mejore la calidad del aire
y fomente un estilo de vida más saludable entre los habitantes de la ciudad.
Como José Arcadio
Buendía, la alcaldesa Claudia López, en medio de discusiones estériles y de
profetas equívocos, le ganan un round al pesimismo y echaron a
soñar un proyecto, como el que tuvo un día un hombre: abrirse espacio en medio
de una selva de concreto, buscando una salida a un nuevo proyecto de vida.
…¨Pero hasta los más convencidos de su locura abandonaron trabajo y familias para seguirlo¨…, y es lo que debemos hacer todos los bogotanos, dejar los egos y las discusiones para que llegue la modernización a una urbe que tiene años de atraso por cuenta de las divisiones de la dirigencia política.
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