Hoy el
sueño de tener una vivienda es ya una realidad para 50 familias víctimas de la
violencia y vulnerables residentes en las localidades de Bosa y Usme.
A través del PIVE se entrega una vivienda a las
familias que han estado esperando realizar su sueño de tener una casa propia,
pero que no pueden acceder a la misma por su capacidad económica y la
imposibilidad de contar con un crédito hipotecario. Aunque no es vivienda
gratuita, es un arriendo con opción de compra dirigido a los más vulnerables,
entre ellos víctimas del conflicto, madres cabeza de hogar, personas en
situación de discapacidad y minorías étnicas.
“Hoy nos encontramos entregando las primeras
viviendas del Programa Integral de Vivienda Efectiva (PIVE). Hoy el alcalde
Enrique Peñalosa está cumpliendo su promesa, está cumpliendo el compromiso con
los hogares víctimas (del conflicto armado) y vulnerables, para que tengan su
vivienda propia y el acompañamiento del Distrito”, afirmó
Mauricio Cortés Garzón, subsecretario de gestión financiera de la Secretaría
Distrital del Hábitat.
El apoyo de la administración Distrital
consiste en el pago de la cuota inicial y de la cuota mensual por tres años,
mientras que las familias beneficiarias deben pagar $150.000 pesos
aproximadamente durante 36 meses. El Distrito y cada hogar suscriben un contrato
por tres años, tiempo después del cual la
familia decide si continúa con la vivienda; para ello, deberá continuar pagando
la cuota de aproximadamente $150.000 o solicitar un crédito hipotecario.
“¡Esto no se recibe todos los días! ¡Es una
felicidad inmensa! Gracias al señor alcalde Enrique Peñalosa por hacer que
nosotros tengamos nuestro hogar. Me inscribí y yo dije eso se va a demorar,
pero no, eso fue rápido, a veces la demora es uno por los papeles”, dice
emocionada Ángela Guzmán, madre
cabeza de hogar con tres hijos a su cargo y desplazada por la violencia en el
Tolima.
Por su
parte Luz Montaño, madre cabeza de hogar de una adolescente en situación de
discapacidad comenta “Estoy muy dichosa
la verdad, porque nunca he tenido una vivienda” dice exaltada de la
felicidad.
Otros de
los beneficiados fueron los integrantes de la familia Camacho Castañeda que de
ahora en adelante pagarán mucho menos de lo que pagaban en arriendo. “Es un proceso que duró cuatro meses y
cuando uno no está ahí no lo cree ¡Qué felicidad que ya nos entregaron el
apartamento! Nosotros pagamos 500.000 pesos de arriendo y ahora 180.000 de
cuota por vivienda propia, casi que no lo creemos ni nosotros” menciona
Claudia Castañeda junto a su esposo Arnulfo Camacho y dos hijos Mariana y
Ronald de 6 años de edad.
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